El martes 23, Gran Hermano propuso a Virginia Demo una compleja misión: simular que deseaba abandonar la casa, manteniendo la actuación hasta el jueves 25. Con Furia como su cómplice, esta estrategia añadió un giro emocionante al juego.

La tarea comenzó el jueves, desatando tensiones y provocando conflictos entre los habitantes de la casa. Virginia, hábilmente, generó enfrentamientos y críticas, especialmente después de una acalorada discusión con Lucía, quien la llamó “desagradecida”.
El momento culminante llegó cuando Virginia agarró su valija, se dirigió a la puerta de salida, la abrió y pasó al otro lado, dejando atónitos a los demás participantes. Las reacciones fueron variadas, desde gritos de alegría hasta especulaciones sobre si se trataba de una broma o una actuación.
Tras un breve lapso, Virginia regresó, y Santiago del Moro reveló que la misión fue un éxito. Como recompensa, ganaron alimentos, productos dulces y frutas, lujos que normalmente no están al alcance debido al presupuesto ajustado. Además, cada participante recibirá un mensaje de aliento de un familiar en los próximos días, provocando un emotivo derramamiento de lágrimas en la casa.
La astuta actuación de Virginia no solo mantuvo a los compañeros en vilo, sino que también les brindó beneficios inesperados, convirtiendo esta misión en un punto culminante memorable de la temporada de Gran Hermano.