El barrio de Villa Devoto amaneció conmocionado .En una típica casa de la calle Sanabria al 3700, cinco integrantes de una familia perdieron la vida por inhalación de monóxido de carbono. La tragedia dejó una sola excepción: un niño de dos años, que milagrosamente sobrevivió.

Un hogar, tres fuentes de riesgo

La vivienda, que parecía en buenas condiciones desde el exterior, escondía una serie de errores fatales en su interior. Las pericias revelaron que en la cocina convivían tres aparatos clave: una caldera, un calefón y un anafe. Todos funcionaban a gas y estaban instalados en el mismo ambiente sin ventilación suficiente.

Uno de los peritos sostuvo que la caldera, en particular, presentaba corrosión interna, fisuras en los ductos y piezas sueltas, permitiendo que el monóxido escapara hacia el interior en vez de evacuar hacia el exterior, como exige la normativa.

Fotos que explican la muerte

Las imágenes tomadas por los peritos son impactantes:

  • Un medidor portátil de gases registró 489 partes por millón (ppm) de monóxido de carbono en el aire. Para ponerlo en contexto, niveles por encima de 35 ppm ya pueden provocar mareos y pérdida de conciencia si se respiran por tiempo prolongado.
  • Una rejilla de ventilación tapada con nylon y cinta adhesiva bloqueó el recambio de aire vital para cualquier ambiente con artefactos a gas.
  • Ventanas selladas con film plástico y cinta para “conservar el calor” sellaron por completo la circulación de aire fresco.
  • Se detectaron filtraciones de gas en cielorrasos y entre pisos, lo que permitió que el monóxido alcanzara los dormitorios.

La casa pertenecía a Demetrio De Nastchokine (79) y su esposa Graciela Just (74). Ese día estaban acompañados por su hijo Andrés (43), su nuera Marie (42) —una ciudadana francesa— y sus dos pequeños hijos. Todos, excepto el más chico, murieron mientras dormían.

Fue una de las hijas del matrimonio mayor, que vive a pocas cuadras, quien al no poder comunicarse con ellos, fue a la casa. Al ingresar, sintió un fuerte mareo y descubrió el horror: todos inconscientes.

El niño sobreviviente fue trasladado de urgencia al Hospital Zubizarreta y luego al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Según el último parte médico, sufrió acidosis metabólica, pero se encuentra estable en terapia intensiva, bajo observación estricta y posible tratamiento con oxigenoterapia hiperbárica.

Los investigadores creen que el niño se encontraba en un cuarto donde, por algún resquicio, entraba una mínima corriente de aire que redujo la concentración del gas mortal.

Este caso no solo estremece por la magnitud de la pérdida, sino porque fue evitable. La acumulación letal de monóxido de carbono ocurrió por:

  • Artefactos mal instalados o deteriorados.
  • Falta de mantenimiento.
  • Bloqueo intencional de ventilaciones.
  • Ausencia de detectores de monóxido.

Los peritos confirmaron que el sistema de evacuación de la caldera no dirigía los gases hacia el exterior, y que los niveles de monóxido en todos los ambientes violaban flagrantemente la normativa vigente.

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