El juicio federal contra Sean “Diddy” Combs en Manhattan vivió este jueves un momento de alta tensión cuando el juez Arun Subramanian, visiblemente molesto, advirtió al magnate musical que podría ser expulsado de la sala del tribunal si continuaba intentando comunicarse con el jurado mediante gestos.

El incidente ocurrió poco después de que el jurado se retirara para su receso del mediodía. En ese momento, el juez Subramanian reprendió directamente a Combs por haber “asentido vigorosamente” en al menos dos ocasiones durante el testimonio de la testigo Bryana “Bana” Bongolan, amiga cercana de Cassie Ventura, ex pareja del acusado.
“Esto no puede volver a suceder. No debe haber ningún tipo de comunicación —ni verbal, ni no verbal— entre el acusado y el jurado”, sentenció el magistrado.
Según lo expresado por Subramanian, el gesto de Diddy podría interpretarse como una forma de intentar influenciar subliminalmente a los miembros del jurado. El juez fue enfático en que, de repetirse este tipo de conducta, no dudaría en retirar a Combs de la sala durante los testimonios o instruir al jurado con una advertencia formal, una medida que podría tener repercusiones negativas para su defensa.
El abogado defensor, Marc Agnifilo, intervino para asegurarle al juez que su cliente había comprendido la gravedad de la situación y que no volvería a hacerlo.
Las acusaciones y un juicio cada vez más oscuro
Combs, de 55 años, se enfrenta a un complejo juicio por una serie de delitos federales relacionados con tráfico sexual, agresión y coerción. Las acusaciones —que abarcan más de una década— describen un patrón sistemático de abuso contra mujeres, incluyendo situaciones en las que las presuntas víctimas eran drogadas y forzadas a mantener relaciones sexuales con terceros mientras el acusado observaba, grababa y se complacía.
Los fiscales han señalado que estas “sesiones”, que Combs llamaban “freak-offs” o “frenets”, se llevaban a cabo en hoteles y residencias privadas, y en varias ocasiones involucraban el uso excesivo de sustancias y objetos, como decenas de botellas de aceite para bebés.
Durante su testimonio, Bongolan relató un incidente de 2016 en el que Combs presuntamente la colgó del borde de un balcón en un piso 17 de un edificio en Los Ángeles, antes de arrojarla contra los muebles del patio. La brutalidad descrita por el testigo fue recibida con completo silencio en la sala.
Por su parte, Cassie Ventura —pareja de Combs durante casi una década— ya testificó durante varias jornadas, describiendo un patrón de abuso físico, emocional y sexual. Una tercera víctima, bajo el seudónimo “Jane”, también ha comenzado a declarar. Según la fiscalía, ella habría sido forzada a participar en Múltiples encuentros sexuales no consentidos organizados por Combs desde 2020.
La advertencia del juez no fue un hecho aislado. Durante la selección del jurado, se observará a Combs moviendo la cabeza en dirección afirmativa hacia posibles panelistas. Y durante las sesiones previas del juicio, ha intentado mantener contacto visual directo con algunos de los miembros del jurado al ingresar y salir de la sala.
Subramanian ha dejado en claro que cualquier conducta que comprometa la imparcialidad del proceso será duramente sancionada. En un juicio de esta magnitud, donde la atención mediática es intensa y los testimonios estremecedores, la protección de la neutralidad del jurado es una prioridad absoluta.