El incidente ocurrió el 31 de diciembre, cuando Lynskey se encontraba en la estación West 18th Street de Manhattan. Mientras esperaba el tren, un hombre lo empujó desde atrás, enviándolo a las vías justo antes de que un tren de la línea 1 llegara. Aunque aterrizó entre las vías con graves lesiones —incluyendo cuatro costillas rotas, una fractura de cráneo, un bazo perforado y una conmoción cerebral—, logró sobrevivir. “Mi vida no pasó ante mis ojos, mi pensamiento fue ‘me han empujado y el tren me va a atropellar’”, explicó Lynskey.
Afortunadamente, el personal de emergencia logró sacarlo de debajo del tren, evitando lo peor. Sin embargo, las secuelas físicas fueron graves y la imagen del tercer riel, que podría haberlo electrocutado, marcó su experiencia.
El ataque, calificado por la policía como “aleatorio”, fue capturado por las cámaras de seguridad y llevó al arresto de Kamel Hawkins, de 23 años, quien fue acusado de intento de asesinato y agresión. Sin embargo, Hawkins se declaró inocente de los cargos.
Pese a la angustiante experiencia, Lynskey aseguró que planea seguir usando el metro. “Esta ciudad es mi hogar”, afirmó. “No me dejaré intimidar”. Además, expresó su preocupación por la seguridad en el sistema de transporte público y pidió a las autoridades tomar medidas más efectivas para proteger a los neoyorquinos, instando a un mayor control policial y mejor atención para las personas con enfermedades mentales.
El caso ha reavivado el debate sobre la seguridad en el metro de Nueva York, especialmente después de varios ataques de alto perfil. La gobernadora Kathy Hochul ha solicitado un aumento de la presencia policial durante las noches y una revisión de las leyes para garantizar que más personas reciban tratamiento involuntario cuando sea necesario.
Lynskey, que ha vivido en Nueva York durante 25 años y es un profesional de la música, subrayó la importancia del metro como un pilar fundamental para la ciudad. “No creo que ningún neoyorquino deba tener que sentirse inseguro cuando se acerca el tren”, afirmó.