Los fiscales federales han acusado al magnate de la música Sean Combs de intentar obstruir la justicia desde su detención en el Centro de Detención Metropolitano (MDC) de Brooklyn. Según documentos judiciales presentados, Combs habría utilizado recursos dentro de la cárcel para organizar llamadas a testigos y coordinar acciones externas para fortalecer su defensa en el caso de crimen organizado y tráfico sexual que enfrenta.
Estrategias desde la cárcel
El gobierno señaló que Combs intentaría contactar a testigos mediante llamadas tripartitas y usando las cuentas telefónicas de al menos ocho reclusos, a quienes les habría pagado por este acceso. Aunque los contenidos de las llamadas no han sido revelados, los fiscales consideran estas acciones como parte de una estrategia para evadir las restricciones carcelarias y mantener su influencia en el caso.
Además, las autoridades confiscaron notas en su celda que, según los fiscales, sugieren pagos a una clave testigo para retractarse de sus acusaciones públicas. Entre las evidencias presentadas se incluye una declaración publicada en Instagram por Kalenna Harper, exintegrante del grupo Diddy – Dirty Money, que habría sido presionada a favor de Combs.
Los abogados de Combs han rechazado estas acusaciones, calificándolas de infundadas y argumentando que cualquier contacto con testigos no constituye obstrucción. Han solicitado la libertad bajo fianza con un paquete que incluye una fianza de $50 millones y vigilancia las 24 horas para garantizar el cumplimiento de las condiciones impuestas.
Asimismo, la defensa ha señalado que las restricciones en el MDC están dificultando la preparación de su caso, citando la falta de acceso a una computadora portátil para revisar el extenso material presentado por los fiscales.
Combs, quien ha mantenido su inocencia, se enfrenta a una audiencia clave para determinar si se le concederá la libertad bajo fianza. Mientras tanto, los fiscales argumentan que sus acciones desde la cárcel demuestran un riesgo continuo de manipulación de testigos y obstrucción.El juicio está programado para comenzar en mayo, pero con las recientes revelaciones, la batalla legal promete intensificarse aún más.
