Everything Must Go es una instalación performativa del artista y director neerlandés Dries Verhoeven que examina las tensiones morales en la sociedad contemporánea. La obra se desarrolla en una réplica de un pasillo de supermercado, donde una intérprete representa las contradicciones del consumidor moderno.

La instalación se inspira en entrevistas realizadas a 24 personas que han cometido hurtos menores en tiendas. Estas conversaciones revelan una variedad de motivaciones, desde la necesidad económica hasta actos de desobediencia civil. Verhoeven utiliza estos testimonios para construir un monólogo que la intérprete recita durante la performance, explorando las complejidades de la moralidad en el contexto del consumo.

Si deseas más información sobre la obra o el artista, puedes visitar el sitio oficial de Dries Verhoeven: driesverhoeven.com