Una serie de hechos insólitos han generado gran controversia en el ámbito judicial. Gabriela Fernández, quien previamente era conocida como Gabriel, se encontró cumpliendo condena por diversos delitos de violencia de género. Durante su proceso, se autopercibió mujer y solicitó que se le tratara conforme a su identidad de género, algo que fue aprobado por la ley. Sin embargo, este cambio de identidad desencadenó una serie de sucesos preocupantes en la cárcel de Córdoba.

En un pabellón de mujeres, Gabriela fue acusada de violar a una interna, quien quedó embarazada como consecuencia del abuso. El tribunal que evaluó el caso subrayó la vulneración de los derechos de otras 481 mujeres que compartían espacio con la imputada. Además, se cuestionó la integridad de las funcionarias encargadas de la custodia de las internas, quienes también se vieron expuestas a un ambiente de riesgo.
El tribunal ordenó su prisión preventiva y, en un fallo reciente, reconoció que para cumplir con los derechos de la imputada se pusieron en peligro los derechos de otras personas, acusando a Gabriela de generar un ambiente de hostilidad y violencia en la prisión.
Debido a los incidentes ocurridos, se dispuso el traslado de Fernández a una unidad especial.