Después de una espera que parecía interminable para los fans, Oasis, una de las bandas más emblemáticas del rock británico de los años 90, regresó a los escenarios tras 16 años de separación. El reencuentro tuvo lugar en el Principality Stadium de Cardiff, Gales, donde más de 60,000 seguidores vibraron con la histórica reunión de los hermanos Liam y Noel Gallagher, protagonistas no solo de un fenómeno musical, sino también de una tensa pero inolvidable relación fraternal que marcó la carrera del grupo.

Desde los primeros acordes, la atmósfera estuvo cargada de emociones encontradas: la expectación, el nerviosismo y la alegría se combinaron para dar vida a un concierto que osciló entre la euforia desatada y momentos de introspección. Liam Gallagher, con su característica energía, fue el encargado de romper el hielo con un llamado a abrazar a alguien, una invitación que disparó la reacción del público y marcó el inicio de un viaje a través de clásicos como “Cigarettes & Alcohol”, “Don’t Look Back in Anger” y “Wonderwall”.
El espectáculo mostró la dualidad que siempre definió a Oasis: una mezcla de caos y genialidad, de discordia y armonía. En el escenario, Liam desplegó su voz burlona y potente, mientras que Noel, el compositor detrás de la mayoría de los grandes éxitos de la banda, aportó su sensibilidad y precisión musical. Esta dinámica, tan compleja como fascinante, permitió que canciones con letras profundas y melodías poderosas siguieran conectando con una audiencia que, en muchos casos, ahora tiene una nueva generación de seguidores.
Más allá de la música, el reencuentro en Cardiff simbolizó una cicatrización lenta de heridas que parecían irreparables. Durante años, la rivalidad pública entre los Gallagher había dado pie a rumores y disputas que mantuvieron a Oasis separado. Sin embargo, aquella noche, aunque con momentos de distancia y silencio, los hermanos lograron compartir el escenario, intercambiar gestos de complicidad y entregar a sus fans un show memorable.

El regreso contó también con la presencia de otros miembros históricos y veteranos de la banda, como Paul “Bonehead” Arthurs, Gem Archer y Andy Bell, además del nuevo baterista Joey Waronker. Esta combinación de músicos antiguos y actuales garantizó un sonido sólido y fiel al espíritu original de Oasis.
En definitiva, esta reunión no solo es un concierto más, sino una celebración del legado de una banda que marcó una época y cuyas canciones siguen siendo himnos para miles alrededor del mundo. Con la promesa de nuevas fechas en México, Estados Unidos y Canadá, Oasis reafirma que, a pesar del paso del tiempo, su música y su historia siguen más vivas que nunca.