Erik Menéndez, condenado junto a su hermano Lyle por el asesinato de sus padres en 1989, recibió“riesgo irrazonable para la seguridad pública” .
La audiencia, que duró casi diez horas, concluyó que la negativa no se basó únicamente en la brutalidad del crimen, sino principalmente en su conducta dentro de la prisión .

El comisionado de libertad condicional Robert Barton explicó que Erik acumula nueve infracciones disciplinarias en prisión, entre ellas peleas físicas, posesión de drogas y de objetos prohibidos como teléfonos celulares y encendedores.
“Se puede representar un riesgo para la seguridad pública de muchas maneras, incluyendo las que cometiste en prisión”, afirmó Barton. Según el funcionario, esas conductas muestran que Erik aún no ha logrado una rehabilitación plena, a pesar de contar con una red de apoyo sólido.
Además, la junta observó inconsistencias en su relato sobre los asesinatos. Aunque Erik reconoció que no actuaron en defensa propia, volvió a insistir en que vivía atemorizado por su padre, lo que generó dudas entre los evaluadores sobre si realmente asumen responsabilidad por el crimen.

Este viernes será el turno de Lyle Menéndez, cuyo historial disciplinario es levemente menor, aunque su participación en el crimen fue especialmente violenta: declarado en el juicio que disparó a quemarropa contra sus padres. Esa circunstancia, junto con versiones contradictorias sobre los presuntos abusos familiares, podría jugar en su contra.
Más de una decena de familiares hablaron a favor de Erik durante la audiencia, asegurando que lo han perdonado y que merece una segunda oportunidad. Otros, en cambio, mantienen su oposición y sostienen que los hermanos no han mostrado un verdadero arrepentimiento.
La decisión sobre Lyle será clave: podría marcar un contraste con la suerte de su hermano, o confirmar que, al menos por ahora, ninguno de los Menéndez recuperará la libertad tras más de 30 años tras las rejas.