Mikayla Raines no era una influencer cualquiera. A diferencia de muchas figuras virales, ella no promocionaba productos ni perseguía fama. Su vida giraba en torno a una misión silenciosa pero poderosa: salvar animales condenados. Fundadora de SaveAFox, una organización que rescataba zorros domesticados de criaderos de pieles en Estados Unidos, Raines construyó una comunidad global que admiraba su entrega. Pero ni la empatía que despertaba ni el amor que repartía fueron suficientes para protegerla del lado más oscuro de internet.

El martes, su esposo, Ethan Frankamp, confirmó que Mikayla se quitó la vida a los 30 años. “Murió pacíficamente esta semana después de un valiente esfuerzo por superar el cáncer”, dijeron algunos medios. Pero pronto se supo que fue un suicidio impulsado por el deterioro de su salud mental, profundamente agravado por años de ciberacoso.

Frankamp relató que su esposa sufría un cuadro depresivo crónico que se intensificó por el acoso constante de al menos dos usuarios de Reddit. Estos individuos, según denunció, organizaban campañas para desprestigiarla, publicar desinformación y burlarse cruelmente de su salud mental. Lo más perturbador: eran personas que habían sido cercanas a ella. La traición, sumada a la presión constante de las redes, terminó por quebrarla.

“En un mundo lleno de oscuridad, ella era solo luz. Nunca lo hizo por fama ni dinero. Solo quería salvar vidas”, escribió Frankamp en su mensaje.

La muerte de Mikayla Raines vuelve a poner en foco el debate sobre el impacto real del ciberacoso, especialmente en personas vulnerables. Su caso no es único: cada año se reportan cientos de suicidios vinculados al bullying digital. Pero este golpe es especialmente doloroso porque revela cómo incluso los espacios más puros —una granja de rescate de animales— pueden ser invadidos por la crueldad impune del anonimato online.

Raines era autista, algo que, según su esposo, la hacía “más empática que cualquiera, pero también más susceptible al dolor emocional”. Las redes, tan útiles para visibilizar su causa, se transformaron en su infierno personal.

Las reacciones en redes fueron inmediatas. Miles de seguidores compartieron mensajes de duelo, videos antiguos con Finnegan o simples palabras de indignación ante una muerte que se pudo haber evitado. La comunidad animalista la despidió como a una heroína. Varias cuentas comenzaron campañas para identificar a los responsables del acoso en Reddit.

Mientras tanto, la voz de Frankamp resuena como una advertencia:

“Si solo tenés basura negativa para decir, cerrá la boca. Y si te sientes perdido, hablá con alguien. Con tu familia, tus amigos, una línea de ayuda. No estás solo”.

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