Christina Chapman operaba una red de “granjas de computadoras portátiles” para hacer pasar a trabajadores extranjeros por ciudadanos estadounidenses. Parte del dinero habría financiado el programa nuclear de Corea del Norte.

Una mujer de 50 años, Christina Chapman, fue condenada a 8 años y medio de prisión en EE. UU. por su participación en una red de fraude tecnológico que permitió a trabajadores norcoreanos acceder ilegalmente a empleos en más de 300 empresas estadounidenses, incluyendo gigantes de la lista Fortune 500 como Nike.

Chapman robó las identidades de al menos 68 ciudadanos estadounidenses y montó “granjas de laptops” desde sus casas en Arizona y Minnesota. Allí conectaba remotamente a trabajadores extranjeros que se hacían pasar por estadounidenses, accedían a computadoras corporativas y cobraban sueldos de forma fraudulenta.

Según el FBI, esta operación ayudó a Corea del Norte a recaudar más de 17 millones de dólares, dinero que fue canalizado hacia su programa de desarrollo de armas nucleares. Aunque Chapman alegó no saber que trabajaba con norcoreanos, los fiscales afirman que envió computadoras a Dandong, China (una ciudad fronteriza con Corea del Norte), además de a Pakistán, Emiratos Árabes y Nigeria.

Las imágenes divulgadas por las autoridades muestran estantes llenos de laptops etiquetadas con identidades falsas. Chapman recibió más de 176.000 dólares por sus servicios, y ahora se le ordenó devolver esos fondos junto con otros 284.000 que iban destinados a los operativos norcoreanos.

Jeanine Pirro, fiscal general de EE. UU. para Washington D.C., advirtió:

“Corea del Norte está cometiendo fraudes contra ciudadanos, empresas y bancos. No es una amenaza lejana, es un enemigo interno.”

Las autoridades piden a las empresas extremar sus medidas de verificación de identidad en contrataciones remotas. Como concluyó el FBI:

“Un adversario tan sofisticado como Corea del Norte no puede actuar sin ayuda desde dentro.”

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