En la antesala de su cuadragésimo cumpleaños, Mark Zuckerberg ha decidido hacerse un extravagante regalo: dos superyates. El principal, denominado Launchpad, fue adquirido por 330 millones de dólares, acompañado por un segundo yate de apoyo llamado Wingman. Ambas embarcaciones tienen una historia peculiar, ya que estuvieron confiscadas en Europa debido a sospechas de pertenecer a un oligarca ruso, antes de que Zuckerberg las comprara a una sociedad intermediaria.

El Launchpad, con 118 metros de eslora y valorado en 300 millones de dólares, ofrece lujosos interiores diseñados por Zuretti Interior Design y capacidad para 24 invitados y 48 tripulantes. En medio de la controversia sobre la sostenibilidad ambiental, debido a que Zuckerberg es conocido por sus posturas públicas sobre el cambio climático, la compra de estos yates impulsados por motores diésel ha generado cierto cuestionamiento sobre la coherencia entre sus acciones y sus palabras.