Gran Hermano está a punto de alcanzar los dos meses de emisión, y el aislamiento prolongado comienza a tener repercusiones significativas en los participantes. Cualquier pequeña chispa puede convertirse en un incendio emocional, y los gritos desde el exterior, ya sean de apoyo o críticos, son recibidos con profundidad por los concursantes.
En este caso, la concursante afectada es Lucía Maidana, quien está considerando seriamente abandonar la casa después de que desde la calle se escuchara: “Zoe, alejate de Sabrina y Lucía”. Joel fue uno de los que lo escuchó y decidió compartirlo, lo que llevó a Lucía a entablar una conversación profunda con Rosina, una de sus amigas más cercanas en el programa.
A pesar de que Zoe minimizó la situación y le restó importancia, Lucía no pudo evitar sentirse afectada. Expresó a Rosina su deseo de irse, destacando que no quiere entrar en conflictos ni que le griten cosas desagradables desde el exterior. “Recién me agarraron ganas de irme. No quiero pelear con nadie. No quiero que empiecen a entrar en esas con el grito ese, que te empiecen a gritar cosas feas o que digan cosas feas de mí”, confesó Lucía.
Angustiada, admitió que percibe la situación como una presión adicional al pensar en cómo la perciben los demás, especialmente su familia. “Tengo muchos mandatos”, subrayó, refiriéndose a las expectativas y presiones que siente. La uruguaya Rosina le brindó palabras de aliento, expresando su admiración y aconsejándola a no prestar demasiada atención a lo que puedan decir. Por ahora, la decisión de Lucía de abandonar queda en un amago, pero la atención estará centrada en cómo evolucionan los eventos y si los gritos desde la calle continúan afectándola.
