Will Wright, creador de Los Sims, bromea sobre su reputación de ser un dios entre los fans del juego. Aunque rechaza ese título, no es difícil ver por qué muchos lo ven como tal. Los Sims permitió a los jugadores controlar la vida de familias virtuales, desde la construcción de casas lujosas hasta escenas caóticas de tragedia y desastre, como incendios en la cocina o Sims atrapados en piscinas sin salida.

Veinticinco años después, los jugadores siguen explorando los límites de este mundo digital. Con Los Sims 4, las expansiones oficiales incluyen desde criaturas fantásticas como vampiros hasta versiones de los propios Sims jugando a Los Sims. Los jugadores no solo crean casas y relaciones; también modifican el código del juego para simular sistemas de salud y violencia, creando experiencias completamente nuevas.

Cuando se lanzó Los Sims en 2000, el juego fue una apuesta arriesgada. En un tiempo donde los videojuegos solían seguir una narrativa o estructura de metas definidas, Los Sims ofreció libertad total, permitiendo a los jugadores actuar como dioses en su propio mundo. Esta idea se basaba en su fascinación por la biología y la psicología, así como en su trabajo previo con SimCity.

El concepto de un “sandbox” (mundo abierto) no solo fue innovador sino también irónico. A través de una sátira del consumismo americano, Wright creó una simulación en la que los Sims compraban y obtenían objetos que prometían felicidad, pero que también podrían desmoronarse y causar desastre.

El diseño del juego también estaba influenciado por experiencias personales de Wright, como el incendio que destruyó su casa, dejando solo a las hormigas como sobrevivientes. Esta experiencia de caos y resiliencia se reflejó en la dinámica del juego, en la que los Sims se enfrentan a una vida de eventos impredecibles y a veces trágicos.

El éxito del juego no solo radicó en su jugabilidad, sino en su capacidad para generar una comunidad activa de creadores y modders que se aventuraron a expandir el juego más allá de lo que Wright había imaginado. Desde sistemas bancarios virtuales hasta situaciones más extremas y violentas, los jugadores crearon sus propias reglas, estableciendo una nueva forma de interacción y expresión dentro del mundo virtual.

Aunque Los Sims ha evolucionado con el tiempo, con más de 500 millones de jugadores, y su última versión, Los Sims 4, sigue siendo popular con expansiones innovadoras, Wright se alejó de la franquicia antes de su secuela. Sin embargo, observa con satisfacción cómo el juego ha trascendido y continúa influyendo en la cultura de los videojuegos.

Por el New york Times: https://www.nytimes.com/2025/02/04/arts/the-sims-25th-anniversary-will-wright.html

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