Para los músicos, contar con un técnico veterano es un lujo. Personas como Kevin Dugan, de 70 años, llevan trabajando con artistas como el bajista Michael Anthony desde hace más de cuatro décadas. La continuidad crea una relación de confianza profunda, como lo explica Danny Goldberg, ejecutivo de la industria musical: “Es como tener un médico que te conoce íntimamente. La experiencia y la familiaridad son invaluables”.
Bob Czaykowski, conocido como Nitebob, es una leyenda en el mundo de los técnicos. A sus 74 años, sigue manejando el sonido de bandas como Lez Zeppelin. Tras dos prótesis de rodilla, afirma con entusiasmo: “Haré esto mientras pueda seguir”. De manera similar, Dallas Schoo, de 71 años, ha sido el técnico de guitarras de The Edge (U2) durante más de 50 años. Ambos comparten la pasión por su trabajo, a pesar de los retos físicos.
Aunque las mujeres técnicas han sido menos comunes en el pasado, figuras como Betty Cantor-Jackson desafían la norma. A sus 76 años, sigue trabajando como técnica de sonido, una carrera que inició en 1968 con los Grateful Dead. “Soy la vieja del autobús con todos los chicos. Tengo mi litera, estoy bien”, dice con orgullo.

El trabajo de un roadie es demandante: jornadas de más de 14 horas, cargas pesadas y problemas de salud comunes, como lesiones de rodilla o cadera. Sin embargo, muchos prefieren mantenerse en el oficio, como explica Lorne Wheaton, quien tras 50 años trabajando para artistas como Neil Peart de Rush, se jubiló recientemente a los 69 años. “Nunca imaginé que trabajaría en esto durante medio siglo”, comenta.

Una profesión eterna
A pesar de los retos, la mayoría de estos veteranos no tienen planes de retirarse. Para ellos, su trabajo es más que una profesión: es una forma de vida. Como dice Czaykowski: “Cuanta más experiencia tienes, mejores espectáculos puedes conseguir. La gente confía en tí porque ya lo has hecho antes, y eso no tiene precio”.

La dedicación de estos guerreros del camino demuestra que la pasión por la música y el trabajo bien hecho no tiene edad. Siguen siendo una parte esencial de la máquina del rock, asegurándose de que cada show sea inolvidable.