En un giro inesperado que sacudió la sala del tribunal federal de Nueva York, los fiscales que lideraron el juicio contra Sean “Diddy” Combs por tráfico sexual y crimen organizado anunciaron que no investigarán tres de las acusaciones clave contra el rapero, apenas días antes de que el jurado deliberare un veredicto.

La decisión fue revelada este martes, tras seis semanas de testimonios, intensas sesiones de interrogatorio y un desfile de evidencias comprometidas que, según la fiscalía, pretendían demostrar la existencia de una red de explotación sexual organizada bajo el mando de Combs. Sin embargo, la falta de pruebas concluyentes y las contradicciones en el testimonio de algunas presuntas víctimas debilitaron visiblemente el caso .

Desde su inicio, el proceso judicial contra Diddy ha estado envuelto en atención mediática, protestas frente al tribunal y cobertura internacional. El artista y empresario se enfrentaba a múltiples cargos que incluían coacción, tráfico sexual interestatal y conspiración para cometer delitos federales.

Pero el martes, la fiscalía decidió al retirar tres cargos relacionados con supuestas víctimas cuya credibilidad fue duramente cuestionada por la defensa . Entre ellos se encontró uno de los testimonios más mediáticos: el de una mujer que alegaba haber sido drogada y trasladada en un jet privado a una fiesta donde, según dijo, fue explotada sexualmente. Sus contradicciones durante el contrainterrogatorio llevaron al colapso de esa acusación.

“El gobierno no investigará más estos hechos”, anunció un fiscal con visible incomodidad, sin ofrecer mayores explicaciones. La decisión fue interpretada por analistas como una señal de debilidad, aunque otros creen que se trata de una estrategia para concentrarse en los cargos más sólidos antes del veredicto .

Por su parte, el equipo legal de Combs —encabezado por la experimentada abogada Alexandra Shapiro— no llamó a un solo testigo a declarar , una movida que sorprendió a muchos. En su lugar, la defensa se limitó a presentar pruebas documentales y registros de comunicaciones que, según ellos, prueban la inconsistencia en las declaraciones de las supuestas víctimas.

“En el mejor de los casos, hay pocas pruebas de que alguno de los empleados de Combs participara [en los crímenes], y no hay evidencia de que creyeran que él estuviera involucrado en tráfico sexual”, argumentó Shapiro en su alegato final.

De inmediato, la defensa solicitó una sentencia absolutoria anticipada , lo que en términos judiciales equivale a pedir que el juez desestime el caso antes de entregarlo al jurado. Aunque la solicitud fue rechazada provisionalmente, la presión ahora recae fuertemente sobre la fiscalía , que debe demostrar que los delitos cometidos por empleados o asociados fueron ordenados, permitidos o facilitados por Combs.

Con ambas partes habiendo concluido la presentación de pruebas, el juicio entra en su recta final . Se espera que los alegatos de cierre se realicen este jueves, tras lo cual el jurado comenzará sus deliberaciones. Si Combs es declarado culpable, podría enfrentar hasta 40 años de prisión federal .

Sin embargo, con la retirada de varias acusaciones y una defensa que ha logrado sembrar dudas sin siquiera presentar testigos, la posibilidad de una absolución parcial o incluso total ha dejado de parecer remota .

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