Los cardenales de todo el mundo se reunieron esta mañana en el Vaticano antes del inicio del cónclave que elegirá al nuevo papa, tras la muerte del Papa Francisco en abril a los 88 años.

Los 133 cardenales electores se congregaron en la Basílica de San Pedro para una última misa antes de entrar esta tarde en la Capilla Sixtina, donde realizarán la primera votación secreta.

Una vez dentro del cónclave, los cardenales quedarán encerrados y completamente incomunicados con el exterior. Deberán entregar sus teléfonos móviles y se bloquearán las señales de radio alrededor del Vaticano para garantizar el aislamiento. Esta medida permanecerá hasta que se elija al 267º líder de la Iglesia católica, que cuenta con 1.400 millones de fieles en todo el mundo.

Tras cada votación, las papeletas son quemadas. El humo negro indica que no se ha alcanzado el consenso, mientras que el humo blanco anuncia que un nuevo papá ha sido elegido. Se espera que el resultado de la primera votación se conozca alrededor de las 18:00 horas.

Para ser elegido, un candidato necesita alcanzar una mayoría de dos tercios.
Este cónclave se considera uno de los más diversos en la historia de la Iglesia, con cardenales provenientes de unos 70 países, incluidos Mongolia, Suecia y Tonga, naciones que nunca antes habían tenido un cardenal.