Elegir el nombre ideal para un bebé se ha convertido en un negocio millonario. Taylor A. Humphrey, consultora estadounidense, ha facturado más de 150.000 euros ayudando a más de 500 familias a encontrar el nombre que mejor se adapte a su bebé.

Con tarifas que van desde 200 hasta 30.000 dólares, Humphrey combina cuestionarios personalizados, investigación genealógica y análisis de identidad de marca para garantizar un resultado único. “A veces me llaman con tanta urgencia que tengo que dejar todo y ayudarlos de inmediato”, explica la especialista.
El fenómeno traspasa fronteras: en Argentina, una numeróloga ofrece un servicio similar y cobra hasta 120.000 pesos por sugerir tres nombres y analizar cuál tiene la mejor “vibra”.

Aunque algunos critican o se burlan de este tipo de servicios, Humphrey defiende que su trabajo aporta identidad y significado a cada elección, más allá de ser solo un nombre.