El Retrato del doctor Gachet de Vincent van Gogh, pintado en junio de 1890, no solo es una de las obras más emblemáticas del artista holandés, sino también una pieza que encierra uno de los mayores misterios del mundo del arte. Vendido en una subasta por Christie’s en 1990 por un récord de 82,5 millones de dólares, la pintura prácticamente desapareció poco después.

La obra, que retrata al médico que atendió a Van Gogh durante las últimas semanas de su vida, es considerada una de las más icónicas del pintor y una expresión de la melancolía de su tiempo. Ahora, podría valer más de 300 millones de dólares, según los expertos.
Un legado errante
Tras su venta en 1990 al empresario japonés Ryoei Saito, quien enfrentó escándalos financieros poco después, la pintura pasó a manos de un banco que la revendió a un financiero austríaco. En 1998, fue adquirido en una venta privada por un comprador anónimo. Desde entonces, el cuadro ha permanecido fuera del ojo público.
El mercado del arte, caracterizado por su secretismo, ha complicado los esfuerzos para localizar el Retrato del doctor Gachet . Aunque algunos expertos sospechan que podría estar en manos de una familia europea adinerada, su paradero exacto sigue siendo desconocido.
La desaparición de esta obra ha reabierto el debate sobre si los coleccionistas privados tienen una responsabilidad moral de compartir obras de arte emblemáticas con el público. Cynthia Saltzman, autora de Portrait of Dr. Gachet (1998), lamenta su pérdida del ámbito público:
“Pienso en la última vez que lo vi. Me recuerda a cuando alguien muere inesperadamente, y desearías haber prestado más atención”.
Mientras los expertos continúan especulando sobre su ubicación, el Retrato del doctor Gachet se mantiene como un recordatorio de la fragilidad del acceso al arte en un mundo regido por los secretos y las transacciones privadas.