En las últimas semanas, jóvenes de Nepal, Indonesia, Filipinas y Madagascar salieron a las calles contra la corrupción y la desigualdad, y lo hicieron bajo un mismo emblema: la bandera pirata de One Piece .

El símbolo, conocido como Jolly Roger , muestra una calavera sonriente con un sombrero de paja, el mismo que usa Luffy, protagonista del manga y anime japonés. Lo que comenzó como un ícono de ficción hoy se convirtió en bandera de lucha de la Generación Z, presente en marchas que incluso han derrocado gobiernos.

No es la primera vez que la cultura pop se transforma en símbolo político. En Tailandia y Myanmar, el saludo de Los Juegos del Hambre ya fue emblema de resistencia. Hoy, la bandera pirata del anime une a jóvenes de distintos países en una misma causa: decir basta a la corrupción y reclamar cambios reales.