El músico, que residía en Estambul desde 2018, fue extraditado a Irán en diciembre de 2023 por la policía turca tras cinco años de exilio. En un primer juicio, Tataloo había recibido una pena de cinco años de prisión, pero el caso fue reabierto en apelación, resultando en la sentencia a muerte. El veredicto aún no es definitivo y puede ser apelado.
Tataloo, de 37 años, ha tenido una relación compleja con el régimen iraní. En el pasado, fue utilizado como símbolo para acercarse a los jóvenes liberales, llegando a apoyar públicamente el programa nuclear iraní en 2015. Sin embargo, también ha sido acusado de promover la prostitución, difundir propaganda contra el régimen y publicar contenido considerado obsceno.
La sentencia ha generado preocupación internacional y destaca el contraste entre su papel como icono musical y su actual enfrentamiento con el régimen.