Este 13 de julio de 2024, durante un acto de campaña en Pensilvania, el candidato republicano Donald Trump sufrió un intento de asesinato que conmocionó al país. Trump fue herido por un disparo en la oreja derecha y rápidamente custodiado y retirado del escenario por su equipo de seguridad. El Servicio Secreto confirmó que el ex presidente estaba a salvo, aunque visiblemente afectado por la herida.

El agresor fue abatido en el lugar por las fuerzas de seguridad, y un seguidor de Trump también perdió la vida en el incidente, mientras que otro resultó gravemente herido. La investigación preliminar del FBI calificó el suceso como un “probable intento de asesinato”.
En respuesta al ataque, el presidente Joe Biden hizo un llamamiento a la unidad desde Delaware, condenando enérgicamente la violencia política: “No hay lugar en Estados Unidos para este tipo de violencia. Es enfermizo. Es una de las razones por las que tenemos que unir a este país… No podemos ser así, no podemos consentirlo”.
Líderes mundiales y figuras políticas, desde Barack Obama hasta Elon Musk, expresaron su repudio y solidaridad tras el incidente. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, también condenó el ataque, enfatizando que la violencia no tiene cabida en la política ni en las elecciones.
Las autoridades han reforzado la seguridad en lugares clave, incluyendo la Torre Trump en Nueva York, como medida de precaución. Mientras tanto, la campaña de Trump aseguró que el ex presidente se encontraba en buen estado y estaba siendo examinado en un centro médico.
El intento de asesinato ha generado un debate sobre la seguridad en los eventos políticos y la necesidad de una condena unánime de la violencia en todas sus formas.
