En octubre de 2020, justo antes de las elecciones presidenciales de EE.UU., surgió un escándalo en torno a la laptop de Hunter Biden, hijo del entonces candidato y actual presidente, Joe Biden. Sin embargo, según un informe reciente del Congreso, el impacto mediático de esta historia podría haber sido minimizado debido a la influencia del FBI y las decisiones estratégicas de censura dentro de Facebook. Los nuevos hallazgos han generado un intenso debate sobre el papel de las grandes tecnológicas y el gobierno en la manipulación de información clave.

La historia de la laptop de Hunter Biden fue publicada inicialmente por The New York Post en octubre de 2020 y contenía información sobre los negocios internacionales de Hunter Biden, revelando correos electrónicos y documentos que lo vinculaban con compañías extranjeras en Ucrania y China. Esta publicación levantó alarmas, pues revelaba presuntas conexiones entre los negocios del hijo del vicepresidente y la política exterior estadounidense, lo cual generó preguntas sobre conflictos de interés y corrupción en la familia Biden.

Sin embargo, las revelaciones de este informe del Congreso sugieren que el FBI advirtió a las principales plataformas tecnológicas, como Facebook y Twitter, sobre la posibilidad de una operación de desinformación rusa que buscaba influir en las elecciones. Como resultado, cuando la historia de la laptop de Hunter Biden se hizo pública, Facebook ya había tomado la decisión de limitar su alcance.

El informe indica que ejecutivos de Facebook, incluido su entonces vicepresidente de Asuntos Globales, Nick Clegg, consideraron el impacto que sus decisiones sobre la censura de esta historia tendrían en la percepción de la administración Biden-Harris hacia la plataforma. En uno de los intercambios de chat entre empleados de la empresa, un trabajador comentó que “obviamente, nuestras opiniones sobre esto podrían influir en la forma en que la administración entrante de Biden nos ve más que casi cualquier otra cosa”. Este enfoque demuestra cómo los intereses corporativos de Facebook podrían estar alineados con ganar favor en Washington.

Además, el informe señala que el FBI permaneció en secreto durante meses que la computadora portátil de Hunter Biden había sido verificada y contenía información real y creíble. A pesar de esto, varios exfuncionarios de inteligencia pública y el propio Joe Biden sugirieron que la historia podría ser parte de una campaña de desinformación rusa. El FBI, que ya había autenticado la laptop y los archivos que contenía, no se pronunció públicamente para contradecir esta idea.

Para los republicanos del Congreso, este caso es una clara muestra de cómo las empresas tecnológicas y el FBI pueden influir en el proceso electoral. Desde su punto de vista, al censurar la historia de la laptop de Hunter Biden, Facebook y otras plataformas limitaron el acceso a información relevante para los votantes, impactando directamente en la carrera electoral y beneficiando a la campaña de Biden-Harris.

El informe subraya que la censura aplicada a esta historia se tradujo en una reducción significativa de la visibilidad de las acusaciones de corrupción contra la familia Biden. Si bien esta táctica podría haberse ejecutado bajo la justificación de prevenir interferencias extranjeras, los críticos argumentan que en última instancia el objetivo fue proteger a uno de los candidatos.

Este escándalo ha reavivado las tensiones sobre el papel de las plataformas tecnológicas en la moderación de contenido y las posibles repercusiones para la libertad de expresión. Los aliados de Trump han exigido que el FBI sea investigado por sus acciones en este caso, con algunos sugiriendo que las grandes plataformas tecnológicas deberían tomar medidas estar sujetas a nuevas regulaciones o incluso enfrentarse a un antimonopolio.

La controversia también ha puesto en entredicho la credibilidad del FBI en cuanto a su neutralidad política, dado que el informe señala una tendencia del buró a tomar acciones que podrían favorecer a un partido sobre otro.