El óxido nitroso, comúnmente conocido como “gas de la risa”, es un gas con propiedades anestésicas y analgésicas que ha ganado popularidad como droga recreativa, especialmente entre los jóvenes. Aunque ha sido utilizado en medicina durante más de 200 años, su uso recreativo plantea serias preocupaciones.

Orígenes del óxido nitroso
Descubierto a finales del siglo XVIII por Sir Humphry Davy, el óxido nitroso fue inicialmente utilizado en fiestas por sus efectos hilarantes. En 1844, Horace Wells, un dentista, lo introdujo en la odontología tras observar que los pacientes no sentían dolor mientras estaban bajo su influencia.
Efectos del consumo
El óxido nitroso se consume principalmente como inhalante. Se inhala a través de globos que funcionan como reservorios, permitiendo que el gas llegue al cerebro rápidamente, actuando como un depresor del sistema nervioso central. Los efectos incluyen euforia, sensación de bienestar y risa, comenzando en menos de un minuto y durando entre 15 y 45 minutos, dependiendo de la dosis.
Riesgos para la salud
El consumo de “gas de la risa” conlleva serios riesgos, incluyendo falta de oxígeno al cerebro, lo que puede provocar desmayos o paradas respiratorias. El uso continuado puede dañar la médula espinal y, en casos extremos, provocar la muerte. Un consumo intenso y prolongado puede disminuir los niveles de vitamina B12, llevando a problemas neurológicos y cognitivos.