El brutal crimen de María Claudia Sack, de 65 años, conmocionó al barrio Agustoni, en el partido bonaerense de Pilar. La mujer fue vista por última vez el 6 de abril de 2025. Su sobrina, Martina Echagüe, preocupada por su repentina desaparición, decidió visitar su casa el 1 de mayo. Allí se encontró con Franco Giménez, la pareja de su tía, quien le dijo que María Claudia había viajado a Córdoba. Pero todo era una mentira: la mujer ya había sido asesinada.

Echagüe intentó comunicarse con su tía por teléfono, pero el aparato comenzó a sonar dentro de la casa. Lo tenía Giménez, quien se puso nervioso y salió corriendo del lugar. La sobrina llamó de inmediato al 911. Al llegar la Policía Bonaerense e inspeccionar la vivienda, hallaron restos óseos quemados en una bolsa de basura, que luego fueron identificados como pertenecientes a Sack.

La fiscal María José Basiglio, a cargo de la UFI Especializada en Violencia de Género de Pilar, ordenó la detención de Giménez, de 32 años. Tenía antecedentes por violencia doméstica, resistencia a la autoridad y amenazas. Tras una investigación que incluyó el rastreo de llamadas a su expareja, se lo ubicó en la estación de trenes de José C. Paz, donde finalmente fue detenido por personal de la SubDDI de Pilar.

Según vecinos, Giménez había hecho fuego varias veces en un pasillo de la casa durante los días previos al hallazgo. Las autoridades sospechan que el crimen pudo haber tenido una motivación económica: quería quedarse con la vivienda de la víctima.

Giménez será indagado por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género. El caso se suma a la preocupante estadística de femicidios en la provincia de Buenos Aires, donde los vínculos afectivos muchas veces terminan en tragedia.

Comparte si te ha gustado

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Previous post Trekking con gorilas: aventura salvaje, lujo extremo y una polémica en crecimiento
Next post El juicio de Diddy arranca con caos afuera del tribunal: pagan hasta $32 por hora solo por hacer la fila