El legendario diseñador y empresario Giorgio Armani falleció en Milán a los 91 años, tras una larga enfermedad. Pese a sus problemas de salud, se mantuvo activo en su trabajo hasta los últimos días, fiel a la pasión que lo convirtió en un icono mundial.

Armani se erigió como un símbolo de la elegancia italiana, reinventando los trajes masculinos y femeninos para adaptarlos a un público moderno. Fue pionero al popularizar las chaquetas sin forro y consolidó un estilo sobrio, depurado y sofisticado que marcó la moda durante décadas.
Fundada en 1975, su firma creció hasta transformarse en un verdadero imperio global: moda, perfumes, accesorios, deportes, música e incluso una cadena de hoteles de lujo llevaron su sello. Con ingresos anuales superiores a los 2.000 millones de euros, Armani mantuvo siempre el control total de la compañía, siendo uno de los pocos diseñadores que no cedió su marca a grandes conglomerados.
Su estilo trascendió las pasarelas y se convirtió en referente en Hollywood: vistió a actores en la ceremonia de los Óscar y marcó tendencia en el cine y el deporte. Sus diseños se convirtieron en sinónimo de éxito, modernidad y distinción.
Con su partida, la moda pierde a uno de sus grandes visionarios, pero el legado de Giorgio Armani seguirá vivo en cada prenda que redefine la elegancia.