Elon Musk ha acusado al primer ministro británico, Keir Starmer, de ser cómplice de encubrir un escándalo masivo de abuso sexual infantil en el Reino Unido, conocido como el caso de las “grooming gangs”. Esta acusación surge en relación con el papel de Starmer como director del Servicio de Fiscalía de la Corona entre 2008 y 2013, durante el cual, según Musk, se permitió que bandas de abuso sexual explotaran a niñas sin enfrentarse a la justicia. Musk exige que Starmer dimita y enfrente cargos por su supuesta complicidad en este crimen.
El escándalo de las “grooming gangs” involucra a grupos de hombres, mayoritariamente de origen paquistaní, que durante décadas explotan sexualmente a niñas vulnerables en varias ciudades del Reino Unido, como Rotherham, Rochdale y Telford. A pesar de las numerosas denuncias y pruebas, las autoridades, incluido el Servicio de Fiscalía de la Corona bajo el liderazgo de Starmer, no tomaron las medidas necesarias para llevar a los culpables ante la justicia. Además, la política de Starmer en su período como director del CPS, que favorecía penas alternativas a la prisión para los delincuentes, permitió que muchos de los perpetradores escaparan de la cárcel.
Musk ha criticado la falta de investigación y la reacción de los políticos británicos, especialmente del Gobierno de Starmer, que según él, ha preferido ocultar estos crímenes para evitar ser percibidos como racista. Además, ha arremetido contra Jess Phillips, ministra de Protección Infantil, por rechazar una investigación pública más amplia sobre el abuso infantil en Oldham.
Este escándalo ha sido denunciado por supervivientes, activistas y expertos, quienes aseguran que las autoridades no actuaron debido al miedo a las acusaciones de racismo, lo que permitió que los abusos continuaran durante años sin que los responsables fueran procesados.
