La conmoción se apodera de Brinkmann, una pequeña localidad cordobesa, tras la muerte de Aralí Vivas, de tan solo ocho años, quien fue hallada calcinada en su hogar. La investigación revela un contexto desgarrador de abandono y posibles abusos que ponen en la mira tanto a la madre de la niña y su pareja, como a los sistemas de protección infantil de la provincia, dejando al descubierto la falta de intervención que pudo haber evitado esta tragedia.

Un desenlace fatal y una escena impactante
Aralí fue hallada sin vida en la planta alta de la casa que compartía con su madre, Rocío Milagros Rauch (28), su padrastro, Matías Ezequiel Simone (33), y sus cinco hermanitos. Los investigadores sospechan que el incendio fue provocado para encubrir un posible abuso y asesinato, ya que la autopsia consideró que la niña ya había fallecido cuando comenzaron las llamas. En medio de este trágico escenario, se destacó que todos los adultos de la casa habían dejado a los niños solos durante largas horas, expuestos a peligros y violencia.
Simone, quien ya tenía antecedentes penales por delitos como violencia de género y amenazas, fue detenido junto a un amigo , Cristian Hernán Varela (40). También fue arrestada la madre de Aralí, acusada de “omisión de cuidado”, un cargo que refleja la falta de protección y la negligencia en su rol de cuidadora de sus hijos.
El abandono de los hermanos y la responsabilidad de la Secretaría de Niñez
El fiscal del caso, Oscar Gieco, describió la situación en la que vivían los niños como “extremadamente violenta”. Tanto la familia como los vecinos señalaron que los seis menores vivían en total abandono, con un historial de denuncias a las autoridades locales, quienes no tomaron acciones contundentes. La Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) de Córdoba está bajo el escrutinio público, ya que no habría realizado el seguimiento adecuado para evaluar si los padres eran aptos para tener a los niños bajo su cuidado. En palabras de la tía de Aralí, Nazarena Rauch, “los chicos fueron dejados a la buena de Dios”.
Durante una marcha convocada por vecinos y familiares, la comunidad reclamó la falta de intervención de los asistentes sociales. Varias tías de Aralí denunciaron que la situación era insostenible, ya que algunos de los hermanos de la pequeña mostraban signos evidentes de abandono y maltrato, como marcas en el cuello y condiciones insalubres, sin pañales cambiados y en un entorno descuidado.
Un sistema de protección cuestionado
La Municipalidad de Brinkmann emitió un comunicado en el que expresó su descontento con las decisiones tomadas por organismos externos y reclamó una revisión de las políticas de protección social. Por su parte, desde SENAF no hubo declaraciones oficiales, argumentando que existe una investigación en curso para revisar las intervenciones realizadas en este caso.
El caso de Aralí pone en evidencia las graves deficiencias en los sistemas de protección infantil en Argentina, donde la falta de recursos y coordinación a menudo llevan a tragedias como esta. La comunidad exige justicia y un cambio en el sistema de protección, para que ninguna otra familia tenga que atravesar una pérdida tan desgarradora.