En 2016, Jeffrey Epstein, el financiero condenado por abusos sexuales y tráfico de menores, encargó un juego de ajedrez personalizado con un simbolismo inquietante: él como rey y jóvenes mujeres como las demás piezas.
🔹 Cómo se hizo:
Epstein instruyó a un estudio de Manhattan para que convocara a 9 mujeres en sus veintes, bajo la excusa de pertenecer a un “club de ajedrez”.
Se tomaron cientos de fotos en 3D, que luego se convirtieron en esculturas de arenisca para las piezas del tablero.
Epstein solo se fotografió al final, para aparecer como el rey.
El tablero completo contaba con 36 piezas y costó aproximadamente US$5,000, una suma irrisoria para alguien de su fortuna.
Un recordatorio más del control y la perversión que definieron su legado.
