A medida que el juicio federal contra Sean “Diddy” Combs por tráfico sexual y conspiración por extorsión entra en su segunda semana, la fiscalía busca pintar un retrato completo del poder que el magnate ejercía sobre su exnovia Casandra Ventura, conocida artísticamente como Cassie. Para ello, se espera que testifiquen su madre, excolaboradores y amigas íntimas, aportando relatos escalofriantes sobre años de abuso físico y psicológico.

David James, exsistente personal de Combs, testificó que Ventura le confesó en 2007 que no podía abandonar su relación con Combs. “Supervisa gran parte de mi vida”, le dijo, según su declaración.

El testimonio de James fue precedido por dos mujeres clave: la cantante Dawn Richard, exintegrante de los grupos musicales formados por Combs (Danity Kane y Diddy — Dirty Money), y Kerry Morgan, mejor amiga de Ventura durante años. Ambas describieron episodios de violencia física. Richard relató que Combs tocó a Ventura con el puño cerrado y en otra ocasión intentó agredirla con una sartén. Morgan, por su parte, recordó un brutal incidente en Jamaica donde, según su relato, Combs arrastró a Ventura del pelo por un pasillo y la empujó contra un ladrillo.

Ambos testigos también hablaron del control financiero y emocional que el artista ejercía sobre Ventura. Según Morgan, la cantante le decía que no podía dejarlo porque “él controlaba todo”: su casa, su auto, su carrera.

La fiscalía planea llamar a declarar a Regina Ventura, madre de la artista; al exchef personal de Combs, Jourdan Atkinson, quien lo acusó de empujarla al suelo; ya un bailarín exótico conocido como “Punisher”, mencionado en el testimonio de Cassie como partícipe de encuentros sexuales organizados por Combs.

Sean Combs niega los cargos de tráfico sexual, aunque ha admitido episodios de violencia en su relación con Ventura, los cuales sus abogados describen como parte de una relación “consensuada pero poco convencional”.