El caso de Sara Sharif, la niña británico-paquistaní de 10 años que fue encontrada sin vida el 10 de agosto de 2023, ha conmocionado al Reino Unido y al mundo entero. Esta semana ha comenzado el juicio contra su familia, señalados como los principales sospechosos de su muerte. Los acusados incluyen a su propio padre, Urfan Sharif, de 42 años; su madrastra, Beinash Batool, de 30 años; y su tío, Faisal Malik, de 29 años. Todos niegan su responsabilidad, mientras que la autopsia revela la brutalidad de los hechos.

El hallazgo del cuerpo y la huida de la familia.
El cuerpo de Sara fue encontrado en su cama en la casa de la familia en el Reino Unido. El día antes de este hallazgo, Urfan Sharif, Batool y Malik huyeron a Pakistán con los otros cinco hijos de Sharif. Días después, el padre de Sara hizo una llamada a la policía británica desde Pakistán, confesando haber golpeado a su hija “demasiado fuerte” y explicando que no había sido su intención matarla.

Los tres acusados enfrentan cargos de causar o permitir la muerte de Sara, pero se culpan mutuamente en un intento de desviar la responsabilidad. Mientras el juicio avanza, todos alegan no haber tenido la intención de provocar la muerte de la niña, aunque las evidencias parecen contar una historia diferente.
Revelaciones de la autopsia
La autopsia de Sara reveló un panorama escalofriante: signos de traumatismo craneoencefálico, quemaduras en los tobillos, mordeduras humanas y múltiples fracturas en diversas partes del cuerpo, incluidas 11 fracturas en la columna vertebral. Estas lesiones, según los peritos, habrían ocurrido en distintas ocasiones antes de su muerte, lo que sugiere un historial de maltrato prolongado.
Además, una nota dejada junto al cuerpo de Sara, escrita presuntamente por Urfan Sharif, contenía una confesión: “Te quiero, Sara. Soy yo, Urfan Sharif, quien mató a mi hija a golpes. Estoy huyendo porque tengo miedo, pero prometo que me entregaré y recibiré mi castigo. Juro por Dios que mi intención no era matarla, pero la perdí”.
Las versiones contradictorias
Durante el juicio, las declaraciones de los acusados han sido contradictorias. Urfan Sharif, quien inicialmente confesó haber matado a su hija, ahora culpa a su esposa Batool, a quien describe como una figura dominante en el hogar. Batool, por su parte, se presenta como una víctima, afirmando que temía a Sharif debido a su comportamiento violento y que ella misma no participó en el abuso de Sara. Mientras tanto, Faisal Malik asegura no haber tenido conocimiento de ningún abuso en el hogar, a pesar de vivir en la misma casa.
El fiscal Bill Emlyn Jones ha señalado que los tres sospechosos “jugaron un papel en la violencia y el maltrato que resultaron en la muerte de Sara”, y sostiene que todos intentan desviar la culpa para evitar asumir su responsabilidad.
Un juicio con muchas preguntas
A medida que el juicio avanza, las preguntas siguen surgiendo: ¿Quién está diciendo la verdad? ¿Es posible que ninguno de los acusados asuma la culpa completa por la tragedia? La brutalidad de las lesiones de Sara, la huida de la familia y las declaraciones contradictorias de los acusados pintan un cuadro oscuro de abuso prolongado y negligencia extrema.
Este caso ha abierto nuevamente el debate sobre la protección infantil en el Reino Unido, y las fallas en los sistemas de apoyo social que permitieron que una niña de 10 años fuera maltratada hasta la muerte sin que las autoridades intervinieran a tiempo. Mientras tanto, el mundo espera justicia para Sara Sharif, una víctima de la violencia que nunca debió haber sido olvidada.