Una mujer que empaca ropa de bebé, documentos médicos y un biberón para llevar a su “hijo” al hospital. Un parto simulado, cumpleaños con pasteles y muñecas que vomitan o tienen hemorragias nasales. A primera vista, parece un sketch surrealista. Pero no: es Brasil en 2025, y las muñecas reborn son protagonistas de un fenómeno viral que está generando tanto devoción como alarma.

Las muñecas reborn, hiperrealistas y fabricadas a mano para parecer bebés humanos, han dejado de ser un pasatiempo de nicho para convertirse en un elemento omnipresente en redes sociales y calles brasileñas. Algunas mujeres las pasean en cochecitos por los parques, las inscriben simbólicamente en guarderías y hasta ocupan con ellas asientos reservados para embarazadas en el transporte público. ¿Ternura o disociación?

Juliana Drusz Magri, una recolectora de Curitiba con 22 muñecas, insiste: “No lo trato como a un bebé de verdad”. Pero no todos comparten esa distancia. En TikTok abundan los videos donde se recrean situaciones maternales con realismo perturbador. Incluso, una usuaria llevó a su reborn al hospital para un chequeo ficticio, lo que llevó a legisladores a presentar más de 30 proyectos de ley que buscan impedir que las muñecas reciban atención en espacios públicos.

El debate se ha politizado ferozmente. Diputados como João Luiz y Joana Darc han denunciado —sin pruebas— que algunas mujeres exigen beneficios públicos para sus muñecas. En contraposición, figuras progresistas denuncian que esta cruzada es apenas otra forma de controlar el comportamiento femenino.

La tensión llegó al absurdo cuando la ciudad de Curitiba publicó en redes: “Los reborns son lindos, pero no garantizan un lugar en el asiento amarillo, ¿de acuerdo?”

Para quienes las crean, como la actriz Vivi Louhrinci, el furor ha sido una bendición económica y una maldición emocional. Desde su taller en Curitiba, Louhrinci pinta venas y cabellos uno por uno. Algunas muñecas cuestan más de 4.000 dólares. En EE. UU., se venden hasta 60 muñecas diarias. Pero Louhrinci admite: “Ha sido una buena exposición… pero me está causando mucho estrés”.

Detrás del consumo masivo hay historias más profundas. Algunas compradoras son madres que han perdido hijos. Otras padecen infertilidad o buscan una forma de sanar heridas emocionales. Pero también hay una audiencia que simplemente quiere vivir un juego de simulación extremo, con bebés que vomitan en Target o lloran en el asiento trasero.

Por :Ny times : https://www.nytimes.com/2025/06/09/world/americas/reborn-baby-dolls-brazil.html

Comparte si te ha gustado

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Previous post Blake Lively logra una victoria en tribunales: juez desestima la demanda de Justin Baldoni por $400 millones
Next post Tony 2025: el teatro brilló en una noche de homenajes, moda y regresos memorables