El FBI ha frustrado un complot vinculado a Irán, en el que se planeaba asesinar al presidente electo Donald Trump y a varios disidentes iraníes. Según el Departamento de Justicia de EE.UU. UU., este complot fue orquestado por la Guardia Revolucionaria de Irán, que buscaba vengar la muerte del general Qassem Soleimani en un ataque con drones en 2020.
Detalles del complot frustrado
El complot implicaba a tres individuos, quienes fueron acusados de asesinato por encargo. Farhad Shakeri, un iraní, y dos ciudadanos estadounidenses, Carlisle Rivera y Jonathan Loadholt, son acusados de formar parte de la conspiración. Los dos últimos fueron arrestados, mientras que Shakeri permanece prófugo, presuntamente en Teherán.
Shakeri, quien fue descrito por el FBI como un “agente” de la Guardia Revolucionaria, participó en una conversación con los oficiales del FBI en la que detalló cómo, el 7 de octubre pasado, la milicia iraní le encargó llevar a cabo un plan para asesinar a Trump, inicialmente planeado para la semana siguiente. Sin embargo, Shakeri afirmó que no consideraba viable preparar el asesinato en ese plazo, aunque la contradicción en su relación no quedó clara.
El objetivo: Venganza por Soleimani
La denuncia penal presentada por el Departamento de Justicia asegura que el asesinato de Trump era parte de una operación más amplia. La Guardia Revolucionaria quería vengar la muerte de Soleimani, líder de la Fuerza Quds de élite de Irán, quien fue asesinado en enero de 2020 en un ataque estadounidense en Bagdad. Shakeri fue encargado de “vigilar y, finalmente, asesinar” a Trump, pero la milicia iraní optó por poner en pausa la misión hasta después de las elecciones de 2024, ya que consideraban que Trump perdería y sería más fácil matarlo una vez fuera del poder. .
Además del asesinato de Trump, Shakeri recibió instrucciones de llevar a cabo otros asesinatos en EE.UU. UU., incluyendo la muerte del activista iraní Masih Alinejad, conocida por su firme oposición al régimen de los ayatolás, y dos ciudadanos estadounidenses de origen judío.
Un historial de amenazas iraníes.
Shakeri, que emigró a EE.UU. UU. cuando era niño y fue deportado en 2008 tras cumplir una condena por robo, conoció a los otros dos acusados durante su tiempo en prisión. Rivera y Loadholt, residentes en Nueva York, habrían sido contratados para ejecutar los asesinatos en Nueva York. Alinejad, una periodista y defensora de los derechos de las mujeres en Irán, era un objetivo prioritario para la Guardia Revolucionaria, que también planeaba atacar a otros disidentes.
Este complot frustrado subraya la persistente amenaza que representa a Irán para los intereses de EE.UU. UU. La denuncia destaca que Irán sigue siendo una de las amenazas más graves para la seguridad nacional de Estados Unidos, según lo indicado por el fiscal general Merrick B. Garland. En un comunicado, Garland enfatizó que no se tolerarán los intentos del régimen iraní de poner en peligro a los ciudadanos estadounidenses.
El caso también se enmarca en una creciente preocupación a nivel mundial por las acciones de Irán contra disidentes y figuras asociadas con el gobierno de EE.UU. UU. En septiembre de 2024, la campaña de Trump ya había sido informada por funcionarios de inteligencia estadounidenses sobre amenazas específicas provenientes de Irán. Estos esfuerzos de la Guardia Revolucionaria para atacar a figuras clave, incluidos los intentos de asesinato de Trump y disidentes, son un claro ejemplo de la determinación de Irán de seguir con sus campañas de represalia a nivel internacional.
El Departamento de Justicia subraya que, a pesar de los intentos de Irán, las autoridades de EE.UU. UU. Seguirán tomando medidas contundentes para proteger a los ciudadanos y evitar que el régimen iraní acelere sus aviones de ataque. La legislación y las acciones preventivas continúan siendo una prioridad en la lucha contra la amenaza iraní.
