Este lunes comenzó en el Tribunal Federal del Distrito Sur de Manhattan uno de los juicios más mediáticos y perturbadores del año: el proceso contra el rapero, productor y magnate Sean “Diddy” Combs, acusado de liderar una red de abuso, extorsión y tráfico sexual durante más de dos décadas. Lo que se presenta como una causa judicial también exponen una estructura de poder cimentada en el miedo, el silencio y la impunidad dentro de la industria del entretenimiento.

Una doble vida: del ícono cultural al líder de una organización criminal
La fiscal federal Emily A. Johnson abrió el juicio con una frase contundente:
“Para el público era Puff Daddy, Diddy, un empresario exitoso y un referente de la música. Pero en privado, manejaba una organización criminal diseñada para explotar a mujeres”.
Los cargos formales incluyen tráfico sexual mediante fuerza, fraude o coerción; transporte con multas de prostitución; y conspiración para cometer crimen organizado. Los delitos se remontan a 2008 y abarcan a decenas de víctimas, incluidas exparejas, empleados y allegados del artista.
Cassie Ventura, testigos clave y un patrón de manipulación
Uno de los nombres centrales del caso es Cassie Ventura, cantante y expareja de Combs. Su testimonio y un video que la muestra siendo agredida por el rapero en el pasillo de un hotel en 2016 se consideran pruebas clave. Este lunes también declaró un oficial de seguridad, quien relató que Diddy intentó sobornarlo para que no contara lo que vio esa noche.
Daniel Phillip, otro testigo, dijo que fue contratado en 2012 para lo que creía que era una despedida de solteras, pero en realidad fue llevado a una habitación de hotel para mantener relaciones sexuales con Cassie frente al rapero. “No era lo que esperaba. Me sentí manipulado”, declaró.
Desde hace años circulaban rumores sobre conductas abusivas de Diddy, pero las denuncias comenzaron a consolidarse recién a partir de 2023, en el marco del movimiento #MeToo y una renovada atención judicial sobre los abusos cometidos por celebridades. En septiembre de 2024, fue arrestado tras una investigación federal que reveló una red sistemática de violencia y coerción.
Desde su arresto, Combs se encuentra detenido en una cárcel federal de Brooklyn. Su defensa sostiene que es víctima de un proceso “injusto y mediático”, y niega todos los cargos. “Diddy es una persona imperfecta, pero no es un criminal”, aseguró su abogado Marc Agnifilio.
El juicio podría extenderse por al menos dos meses. La Fiscalía promete mostrar grabaciones, pruebas bancarias, testimonios de víctimas y empleados, y un patrón de manipulación psicológica que habría funcionado bajo una fachada de glamour y poder.
El caso ha generado un intenso debate sobre cómo las figuras con grandes plataformas pueden operar durante años al margen de la ley, protegidas por la fama, el dinero y un sistema que prefiere mirar hacia otro lado.