En un fallo histórico que sacudió al sistema de salud pública argentino, la enfermera Brenda Agüero fue condenada este miércoles a prisión perpetua por el asesinato de cinco recién nacidos y el intento de homicidio de otros ocho bebés en el Hospital Materno Neonatal “Ramón Carrillo” de Córdoba. La sentencia fue dictada por un tribunal mixto compuesto por ocho jurados populares y dos jueces técnicos, quienes la declararon culpable por mayoría, luego de seis meses de un juicio oral y público cargado de tensión, testimonios desgarradores y pruebas científicas contundentes.

Se trata de un caso sin precedentes en la historia judicial del país: una serie de crímenes cometidos contra bebés de horas de vida, ocurridos entre marzo y junio de 2022, que dejaron una marca indeleble en la opinión pública y que destaparon, además, una cadena de negligencias y encubrimientos dentro del sistema sanitario provincial.

Brenda Agüero fue trasladada esposada a la cárcel de Bouwer tras la lectura del veredicto. El tribunal entendió que era la única persona presente en los tres episodios analizados —cinco con resultado fatal y ocho con lesiones graves— y que había accionado con premeditación al inocular a los recién nacidos con sustancias letales como insulina y potasio.

Según la acusación, Agüero tenía asignado el cuidado de las madres en Obstetricia, pero habría buscado ascender a Neonatología. Para ello, según los fiscales, provocaba descompensaciones en los bebés para ser la primera en detectarlas y “sobresalir” ante sus superiores. Su acceso sin restricciones a los “carros de paro” —móviles con medicamentos de emergencia que no eran estrictamente controlados— le habría permitido obtener las sustancias con las que ejecutaba sus ataques.

La enfermera actuaba sola, en momentos en que las madres se encontraban aún bajo recuperación postparto. Inyectaba a los recién nacidos en zonas del cuerpo no compatibles con procedimientos médicos habituales. En varios casos se registraron niveles de potasio o insulina incompatibles con la vida, y signos de pinchazos en áreas que no coincidían con los protocolos clínicos.

Los hechos ocurrieron entre el 18 de marzo y el 7 de junio de 2022. El caso permaneció en silencio hasta que Francisco Luperi, ingeniero y esposo de una médica de guardia, decidió hacer la denuncia luego de conocer, por relatos de su pareja, la acumulación inexplicable de muertes y descompensaciones. Su testimonio fue clave para abrir la causa.

En el juicio se ventilaron casos escalofriantes. El 6 de junio, por ejemplo, cuatro bebés se descompensaron en pocas horas. “Nunca habíamos visto eso. Uno puede esperar una muerte súbita en meses, pero jamás cuatro en un día”, declaró un médico testigo.

Las muertes de Melody Luz Molina y Angeline Rojas, las únicas víctimas a las que se les realizó la autopsia completa, fueron fundamentales para sostener la acusación. Ambasron evidencia niveles altísimos de potasio, sin ninguna explicación fisiológica posible. Eso, sumado a las manchas de sangre en ropitas y las punciones halladas en los cuerpos, delinearon un patrón siniestro.

Además de Agüero, el juicio incluyó a diez ex funcionarios del Ministerio de Salud provincial y del hospital, acusados ​​de encubrimiento agravado, omisión de deberes de funcionario público y falsedad ideológica. Solo cinco fueron condenados. Entre los absueltos figuran el ex ministro de Salud Diego Cardozo y la ex jefa de enfermería, Alicia Ariza.

Durante el juicio, se supone que hubo intentos deliberados de ocultar la magnitud de los hechos. El propio Ministerio Público Fiscal denunció que hubo un intento de “desaparecer rastros y pruebas” y que la sospecha sobre Agüero era compartida por autoridades que decidieron desplazarla de sus funciones sin notificar a la Justicia.

“La cadena de responsabilidades fue ignorada deliberadamente. Esto en otro hospital no pasaba”, sostuvo el fiscal Raúl Garzón, al recordar que las señales de alerta ya estaban presentes en los informes internos desde abril de 2022, cuando las muertes aún no se habían hecho públicos.

Afuera del tribunal, padres y madres de los bebés desplegaron carteles y banderas con reclamos de justicia. Algunos de ellos brindaron testimonios de conmovedores durante el juicio. La tragedia no solo los marcó por la pérdida irreparable, sino también por la incertidumbre y el silencio oficial que reinó durante semanas tras las muertes.

Los fundamentos completos del fallo se conocerán tras la feria judicial de invierno. Mientras tanto, la sociedad cordobesa y argentina siguen tratando de digerir un caso tan atroz como inédito.

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