Juan Ramón López , un sacerdote perteneciente a la Iglesia Vetero Católica y conocido por haber acompañado públicamente a la familia de Loan Danilo Peña en su reclamo de justicia, fue condenado a 11 años y medio de prisión tras reconocer su responsabilidad en graves hechos ocurridos entre 2020 y 2021.

El religioso, de 47 años, llegó a juicio en libertad, pero fue inmediatamente detenido luego de que el tribunal aceptara un acuerdo de juicio abreviado , mediante el cual admitió haber abusado de una menor de 12 años a la que daba clases de guitarra en su domicilio, ubicado en el barrio Arco Iris de Goya, Corrientes. En ese mismo lugar también funcionaba su templo.
La fiscal María Eugenia Ballará , titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones Concretas (UFIC), explicó que López fue encontrado culpable de abuso con acceso carnal agravado , por haber sido ministro de culto y encargado de la educación de la víctima , y que el delito fue cometido en forma continuada.
La prueba fue determinante: el relato firme de la víctima en Cámara Gesell, el testimonio de una prima a quien la menor había confiado lo ocurrido, y el testimonio de la madre, que si bien detectó cambios de conducta en su hija, no sospechó lo que ocurría hasta mucho tiempo después.
López era una figura respetada dentro de su comunidad y encabezaba celebraciones religiosas bajo el nombre de la Iglesia San Benito Abad, de la corriente conocida como Iglesia Católica Antigua o Vetero Católica , una rama separada de la Iglesia Romana desde el siglo XIX.
Durante los meses de mayor exposición mediática por el caso de Loan Peña, se lo vio frecuentemente acompañando a la familia del niño en misas y marchas. Su condena ahora causa profundo impacto en la comunidad.

Al presentarse a juicio, Juan Ramón López optó por no ir a un debate oral . Aceptó los hechos, las circunstancias agravantes y el pedido de condena de una vez años y medio de cárcel formulado por la fiscalía. La jueza Lucio López Lecube aceptó el acuerdo y ordenó su detención inmediata , ante el riesgo de fuga.
Según la fiscal, López mantenía vínculos con miembros de su congregación en Paraguay y Colombia , lo que aumentaba la posibilidad de que intentara salir del país.
El caso volvió a poner sobre la mesa la necesidad de mantener vigilancia y diálogo abierto con niños y adolescentes, incluso cuando los adultos involucrados sean figuras consideradas de confianza o autoridad espiritual.
La madre de la víctima relató que su hija simplemente dejó de querer ir a las clases de la iglesia de López, sin dar mayores explicaciones. Hoy, con la verdad revelada, la familia busca reconstruir la vida de la joven, quien actualmente tiene 16 años.