El ingreso de Alfa a la casa de Gran Hermano provocó un impacto en las relaciones entre los participantes, especialmente en la amistad entre Catalina y Furia. Catalina, quien había mantenido una tensa relación con Alfa desde su eliminación anterior, expresó su decepción con Furia por su actitud durante la estadía de Alfa en la casa.

Tras tomar distancia de Furia, Catalina se sinceró en el confesionario sobre el quiebre en su amistad con Scaglione. Manifestó sentirse muy decepcionada, ya que había ingresado a la casa con la intención de ayudar a Furia, pero terminó siendo ella quien la decepcionó.
Con una personalidad fuerte, Catalina afirmó ser muy dura con quienes la traicionan y destacó los dobles estándares de Furia en el juego. Señaló que, mientras ella había apoyado y defendido a Furia, esta última reaccionaba de manera diferente cuando se trataba de apoyarla a ella en el juego.
Al regresar a la casa, Catalina dejó en claro que la alianza con Furia había llegado a su fin y expresó su disposición a confrontar con altura cualquier situación. Concluyó afirmando que prefería jugar con personas que mantuvieran un juego limpio y que estaba lista para defender su integridad en el juego.
