Un escándalo de gran magnitud sacude a China tras descubrirse el accionar de un hombre que, durante al menos cuatro años, se hizo pasar por mujer en redes sociales y aplicaciones de citas para atraer a hombres, mantener encuentros íntimos con ellos y grabarlos sin su consentimiento. Las grabaciones eran luego difundidas en plataformas digitales con fines de monetización.

El acusado, identificado como Jiao, de 38 años, utilizaba una identidad falsa bajo el nombre de Sister Hong. Para llevar a cabo el engaño, se valía de pelucas, maquillaje y vestimenta femenina discreta. Con ese personaje, creaba perfiles en redes sociales simulando ser una mujer joven y reservada, con el objetivo de entablar relaciones con hombres heterosexuales.

Una vez generada la confianza, Jiao organizaba citas presenciales en su domicilio. Durante estos encuentros, activaba cámaras ocultas con las que registraba imágenes íntimas sin autorización. Según datos preliminares, existen al menos 237 casos confirmados de hombres que fueron grabados sin su consentimiento.

Además de la grabación ilícita, se reportó que el acusado solicitaba a sus víctimas que llevaran regalos como alimentos, electrodomésticos o productos de bajo costo, supuestamente como parte de la “cortesía” del encuentro. Luego, los videos obtenidos eran difundidos en distintas plataformas de contenido para adultos con el fin de obtener ingresos económicos.

La investigación se inició cuando varias víctimas reconocieron sus rostros en videos que circulaban en redes. Las denuncias llevaron a las autoridades a identificar a Jiao, quien operaba desde hace al menos cuatro años.

Actualmente, el acusado permanece detenido mientras avanza la causa judicial. Se le imputan cargos por violación a la privacidad, grabación y distribución de material sexual sin consentimiento y fraude agravado. De ser declarado culpable, podría enfrentar penas superiores a los 15 años de prisión, además de indemnizaciones a las víctimas.
El caso ha generado preocupación por el uso de identidades falsas en entornos digitales y por los vacíos legales en torno a la protección de la intimidad en plataformas tecnológicas. Las autoridades continúan investigando si existieron cómplices o plataformas involucradas en la difusión del contenido.