En un inquietante giro en la lucha contra las drogas, los cárteles mexicanos, en particular el Cártel de Sinaloa, han comenzado a reclutar a estudiantes de química de universidades mexicanas para ayudar en la producción de fentanilo. A medida que la crisis de los opioides sintéticos se expande, los cárteles están invirtiendo en una nueva generación de químicos con el objetivo de perfeccionar y aumentar la producción de esta droga mortal.

El Reclutamiento: Un Plan Silencioso y Rentable

En un campus universitario de Culiacán, un reclutador del Cártel de Sinaloa se infiltró bajo la apariencia de un conserje y se centró en un estudiante de química de segundo año. En una conversación casual, el reclutador le ofreció al joven un empleo lucrativo a cambio de colaborar en un proyecto secreto relacionado con la fabricación de fentanilo. “Eres bueno en lo que haces”, le dijo, sugiriendo que este joven podría ser clave en la operación del cártel. Con una oferta de 800 dólares al mes, el doble del salario promedio en México, el reclutador sabía que tenía en sus manos a un candidato potencial.

Este es solo uno de los múltiples ejemplos de cómo los cárteles están buscando jóvenes con conocimientos especializados en química para ayudarlos a fabricar fentanilo, una droga que ha devastado a millas de familias en Estados Unidos y América Latina. Los estudiantes, motivados por la falta de oportunidades y por salarios mucho más altos que los que ofrecen trabajos legales, aceptan los riesgos que conllevan involucrarse en actividades criminales.

La Estrategia de los Cárteles: Asegurar el Futuro de la Producción de Fentanilo

Los cárteles no solo buscan fabricar fentanilo en grandes cantidades, sino que también están satisfechos en la producción de los precursores químicos necesarios para su creación. Estos precursores, que normalmente se importaban desde China, están siendo ahora un objetivo clave para los cárteles. Con el tiempo, el Cártel de Sinaloa aspira a independizarse de estos suministros externos, produciendo ellos mismos los químicos esenciales.

Un químico involucrado en el proceso explicado que la fabricación de fentanilo es relativamente sencilla si se tienen los precursores, pero sintetizar estos compuestos desde cero requiere de una mayor destreza química y técnicas más avanzadas. Los estudiantes de química que se han unido al Cártel de Sinaloa no solo fabrican la droga, sino que también experimentan con nuevas fórmulas para hacerla aún más potente, lo que incrementa los peligros de esta epidemia.

Condiciones de Trabajo: Peligros y Promesas de Dinero Rápido

Los jóvenes que se enrolan en estas actividades, como el estudiante de segundo año de química, se enfrentan a peligros constantes. Aunque se les proporcionan máscaras y trajes de protección, las condiciones en los laboratorios clandestinos siguen siendo extremadamente peligrosas. La exposición a productos químicos tóxicos, las explosiones accidentales y el riesgo de represalias violentas por parte de los jefes del cártel son amenazas constantes.

Sin embargo, la promesa de dinero fácil es irresistible para muchos. Para un joven criado en una zona empobrecida de Sinaloa, como en el caso del estudiante de química de 19 años, la oferta del cártel de 1,600 dólares al mes se convierte en una propuesta difícil de rechazar, especialmente cuando el sueldo promedio de un químico en México es mucho más bajo. A pesar de la moralidad de la situación, muchos aceptan el trabajo con la esperanza de mejorar su calidad de vida o de pagar deudas familiares, como en el caso de un estudiante que quería costear el tratamiento contra el cáncer de su padre.

El reclutamiento de estudiantes de química marca un cambio en las tácticas de los cárteles, que ya no depende únicamente de las armas y la violencia para consolidar su poder, sino que ahora buscan aprovechar las capacidades intelectuales para asegurar la fabricación de una de las drogas más. letales de la historia reciente. Según autoridades estadounidenses, si los cárteles logran sintetizar precursores en México, esto cambiaría restringido el panorama de la lucha contra las drogas, ya que los cárteles tendrían un control más completo sobre la producción y distribución del fentanilo.

A medida que los cárteles siguen reclutando a más jóvenes con formación científica, se incrementan las preocupaciones sobre el futuro de la sociedad mexicana y los efectos devastadores que la producción de fentanilo podría tener en las comunidades. Si bien el gobierno mexicano y las autoridades internacionales han intensificado esfuerzos para frenar el tráfico de precursores y desmantelar las redes de producción de fentanilo, la creciente participación de jóvenes en esta industria ilegal dificulta aún más la resolución del problema.

Por el New York Times : https://www.nytimes.com/2024/12/01/world/americas/mexico-fentanyl-chemistry-students.html

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