El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, desató una nueva controversia tras la presentación del diseñador Willy Chavarría en la Semana de la Moda de París. Chavarría, conocido por su estilo político y provocador, abrió su desfile con modelos vestidos como reclusos del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la megacárcel salvadoreña que alberga a más de 40.000 presuntos pandilleros bajo un régimen de excepción.

La respuesta del mandatario no tardó en llegar. En redes sociales, Bukele acusó al evento de “glorificar criminales” y sugirió, irónicamente, enviar “presos reales del CECOT” a desfilar a París. “Para la próxima, avísennos y les mandamos unos de verdad. Gratis”, escribió.
El desfile de Chavarría, celebrado en el Palais de Tokyo, recreó una estética carcelaria con uniformes grises, cadenas simuladas y una ambientación oscura. El diseñador, de raíces chicanas, suele denunciar el racismo sistémico, la masculinidad tóxica y la criminalización de los cuerpos latinos y migrantes. Su homenaje no fue explícitamente a favor de las pandillas, sino una crítica al encarcelamiento masivo.
Sin embargo, Bukele lo interpretó como una burla a su política de “mano dura”, que ha reducido la violencia pero a costa de severas críticas internacionales.
Diversas organizaciones, incluyendo Human Rights Watch y Amnistía Internacional, han documentado denuncias de detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones forzadas en el marco del régimen de excepción salvadoreño, vigente desde 2022. La prisión del CECOT, inaugurada en 2023, ha sido criticada por condiciones inhumanas y falta de debido proceso.
Para muchos, la amenaza de Bukele de usar a reclusos reales como espectáculo es un gesto de fuerza que roza la provocación autoritaria.