En uno de los peores ataques terroristas en décadas en Rusia, un grupo de cuatro hombres armados abrió fuego contra una multitud en un concierto al aire libre en las afueras de la ciudad, dejando un saldo de más de 130 muertos y un número aún mayor de heridos. El Estado Islámico (ISIS) se atribuyó la responsabilidad de este acto de violencia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, condenó enérgicamente el ataque durante un discurso público, calificándolo de “bárbaro” y prometiendo un “merecido e inevitable castigo” para los responsables. Putin también anunció la detención de 11 personas vinculadas al atentado.
El hecho ha generado conmoción y solidaridad a nivel internacional. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, declaró un día de duelo nacional en solidaridad con las víctimas del ataque en Moscú. Además, líderes de otros países, como Turquía y Portugal, expresaron sus condolencias y condenaron el acto terrorista.
Rusia ha intensificado las medidas de seguridad en todo el país para prevenir futuros ataques terroristas, con el presidente Putin destacando la importancia de evitar que los perpetradores cometan nuevos crímenes.
El ataque en Moscú también ha generado reacciones en el ámbito deportivo y cultural. En un partido de fútbol en Serbia, se guardó un minuto de silencio en honor a las víctimas, mientras que en la Casa Blanca, se condenó el acto terrorista y se reiteró la necesidad de derrotar al ISIS como un enemigo común.
Las autoridades rusas han detenido a los presuntos autores del ataque y han difundido imágenes de sus interrogatorios, donde algunos de ellos admiten su culpabilidad y revelan motivaciones económicas detrás del acto terrorista.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha acusado a su homólogo ruso, Vladimir Putin, de intentar culpar a Ucrania por el ataque en Moscú, rechazando firmemente estas acusaciones.
El atentado en Rusia ha dejado una profunda huella en el país y en la comunidad internacional, generando un llamado a la unidad y la solidaridad en la lucha contra el terrorismo.
